Hace cinco años publiqué mi libro titulado "Alto riesgo, los costes del progreso". En ese momento estaba trabajando en un nuevo proyecto editorial: en concreto, un estudio sobre la ideología nazi. Entonces llegó a mis manos un artículo de la revista "Historia y Vida" (número 158, mayo de 1981), escrito por Hilari Raguer, monje de Montserrat y reputado historiador. En este preciado documento se explicaba con mucho detalle un hecho excepcional: la visita de Heinrich Himmler a Montserrat, el 23 de octubre de 1940. Su "cicerone", un monje de apellido Ripoll, escuchó con estupor la siguiente declaración del alto mandatario nazi: "En Montserrat se promulgó la herejía albigense, con la que nosotros (los nacionalsocialistas) tenemos tantos puntos de contacto". El lugarteniente de Hitler fue a Montserrat siguiendo la pista de Parsifal, el personaje legendario que inspiró el célebre poema de Wolfram von Eschenbach (de alrededor del año 1200). Sesenta años ...